Nos hemos vuelto adictos. Todos somos dependientes como cual joven a la droga, o tal padre violento al alcohol.. todos somos adictos.. fumamos de humo de la indiferencia y bebimos de la copa de arrogancia.. cuando ya estamos embriagados sin ningún pudor desenvainamos la espada hiriente de las palabras maliciosas, cuando vemos que nuestro compañero se presenta desafiante.
Vivimos de adicciones del alma que son tan fuerte como las del cuerpo, son capaces de destruir los lazos mas fuertes y las amistades mas cimentadas.
No pareciere ver alguien que piense en el otros.. la adicción a la supremacía nos tiene atados, pensando en ser superior, pensando en estar en acolchados sillones mirando como todo el mundo trabaja a nuestros pies.
Todos somos adictos.. unos mas que otros, unos menos que otros pero adictos al fin.
Gracias por tu GRACIA y tu favor inmerecido.
ROMANOS 3:10-12
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;
No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien
haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
